Te lo digo una vez más, sentado cómodamente en la silla del tiempo, observando el filme de los Siglos, la inocencia se perdió en un pestilente callejón Parisino y desde el cielo la miran correr, estoy seguro no volveremos a verla...es la verdad.
Estoy esperando que llamen a la puerta pero ¡oh! sorpresa no hay puerta.
Redoblan los relojes y entre enormes cocteles de libros, bebo mi destino, miles de oídos me miran y millones de de ojos, me escuchan gritar en silencio, se abre el telón, todos esperan el momento, la nostalgia inunda la sala con la intensidad de un diluvio, la copas del desdén y la desesperación rebosan y bebo de ellas hasta caer.
Tal vez... ¡No! Es absolutamente necesario, es justo y es correcto, devorarnos a besos. Impávidos leones murmuran... ¡QUE SALVAJES!
La guitarra que envejeció sin ser tocada, la canción que murió sin ser cantada, aquel rubio que murió por ti, por mi…Perdónalos Padre ¡Si saben lo que hacen!
Sobre mi cabeza la sangre azul del rey y en mis manos los instrumentos de tortura ¿A dónde vamos a ir? Donde escondemos de la furia del universo?
Abortos, horas que escapan del tiempo para no encarar su destino, la fría parca espera el tren del eterno y en las aerolíneas del infierno los vuelos disminuyeron. Poetas malditos son arrollados por buses fantasmas y aquí este corazón, se deprime…¿Alguien ha visto a Jattin?
Autor~Kether
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